Escrito por Beservices

Publicado: (mayo 2015)   |   Última modificación: (septiembre 2022).

En los últimos años se han producido importantes cambios a nivel de soluciones informáticas aplicadas a servicios para empresas. La evolución de las comunicaciones de banda ancha, principalmente, ha facilitado la integración de servicios ofrecidos desde los  centros de procesos de datos, y la rápida evolución de los servidores así como de las plataformas de virtulalización de sistemas han permitido que en poco tiempo hayamos pasado de ver soluciones "cloud" básicas, como correo, web, información o introducción de datos via Internet, a disponer de aplicaciones completas a través de este medio.

Programas de gestión que antes únicamente se podían ejecutar en entornos cliente-servidor y red local, ahora los podemos ejecutar remotamente a través de la red Internet, con infinidad de ventajas para el cliente… y para el desarrollador. Las distintas opciones de virtualización o Cloud Computing tienen un añadido importante: La modalidad de pago por uso, el NO tener que adquirir y mantener una estructura informática propia y ajustar ese gasto directamente a la necesidad. Este último punto ha hecho posible la rápida aceptación de muchos proyectos en empresas que, ahora, ven clara la posibilidad de tener un software de gestión más potente y sin inversiones iniciales importantes.

Un poco de historia.

Hace 10 años, la creciente importancia que los distintos ERP’s, CRM’s y otras aplicaciones de gestión estaban tomando en las PYMES y grandes empresas hizo posible la especialización y el crecimiento de las empresas dedicadas al desarrollo de software. Unas se especializaron en sectores concretos y otras pusieron en el mercado soluciones horizontales que atendían necesidades generalistas de muchas empresas. Rápidamente entraron en juego grandes corporaciones con  aplicativos que se hicieron muy populares, gracias a su calidad pero también debido a buenas estrategias de marketing. Ante la cuota de mercado que estas ganaban día a día, muchas pequeñas empresas que hasta ahora eran desarrolladores de su propio software, se hicieron distribuidoras de un software de terceros a cambio de un porcentaje por las ventas del licenciamiento, además de la posibilidad de proporcionar servicios paralelos como la instalación, la personalización de módulos a medida, la parametrización, la formación o el mantenimiento. Esto hizo atomizar el mercado y reducir las alternativas de las que disponían las pymes: Estas debían elegir entre eficaces y personalizados programas a medida de desarrolladores pequeños o bien software generalista y bien posicionado en el mercado

Pero en los dos últimos años el panorama se ha modificado radicalmente.

La tendencia imparable hacia soluciones cloud ha propiciado que los grandes fabricantes de software ofrezcan sus programas ya en este formato, lo que crea un cambio importante en este sector. Los distribuidores de los aplicativos no pueden hacer más que seguir el camino marcado por el fabricante que representan, pero con importantes penalizaciones:

  • La estructura cloud la proporciona el fabricante de la aplicación. Este punto es importante, ya que el distribuidor pierde el control, y consecuentemente implicación, con la estructura de servidores de (hasta ahora) su cliente.

  • El fabricante toma el control de los servicios que ofrece, dado que la centralización de servidores les proporciona mayor agilidad ante actualizaciones y nuevos servicios. Esta interacción se produce en directo, dejando al distribuidor en un segundo plano menos necesario.

  • La estructura de equipos informáticos del cliente, ante soluciones cloud, se vuelve menos importante, ya que solo requiere de equipos que puedan acceder a Internet, y por tanto los beneficios añadidos que recogía el distribuidor de zona al encargarse de este apartado, desaparecen.

  • El desarrollo de módulos personalizados por el distribuidor para cubrir necesidades concretas del cliente, se complica o imposibilita al distribuidor y se deja bajo el control estricto del fabricante.

  • Los distribuidores deben ceder la base de clientes para que este pueda proporcionar su servicio directamente.

  • En muchos casos deben ceder la facturación al fabricante y esperar el cobro de una comisión por parte de este.


¿Y los desarrolladores de aplicativos a medida?

 

Las empresas que desarrollan aplicaciones directamente, a la amenaza que ya de por sí le supone el gran fabricante de software, ven añadida la necesidad imperiosa de adaptarse a lo que sus clientes piden:

Los clientes exigen los beneficios de los servicios cloud computing.

Los desarrolladores ante la posibilidad de perder las ventajas con las que hasta ahora competían (proximidad, adaptabilidad, personalización, especialización, etc.) buscan rápidamente soluciones técnicas sobre las que poder adaptar su programa y ofrecerlo de manera accesible vía Internet, con fiabilidad, seguridad y en formato de pago por uso. Ante esto, los desarrolladores se plantean:

  • Adquirir una mínima infraestructura para ofrecer el servicio en directo: esta parte acaba siendo la más infructuosa: inversión elevada, especialización necesaria, garantías de conectividad y suministro relativas, tiempo dedicado a sistemas, excesivo…

  • Alquilar servidores cloud. Generalmente, esta alternativa parece la más asequible, ya que los principales puntos débiles que supondría adquirir y gestionar estructura propia desaparecen, pero sigue siendo necesario tener conocimientos avanzados de virtualización, en muchos casos no son equipos en alta disponibilidad, se requiere contratar el servicio desde el primer día incluso ántes de tener el servicio comercializado y obliga al desarrollador a ofrecer la asistencia al cliente final, servicio que, en caso de incidencia grave, el deberá subcontratar. A esto se le añade que muchas de las opciones no especifican claramente recursos dedicados ni territorialidad del servidor.

  • Usar servicios de plataforma (PAAS). Los servicios dedicados y "paquetizados" de proveedores cloud que SI le ofrecerán un alto nivel de asistencia y garantías de continuidad del servicio, pero exigirán el uso de sus soluciones como y donde ellos  las presentan y sirven, creando una dependencia que dificulta enormemente la posible migración a otros servidores si fuera necesario.

El desarrollador de software se ve comprometido entre:

  • Invertir tiempo y dinero en estructuras controladas por él. (y de las que debe hacerse responsable)

  • Ceder al uso de Plataformas de servicio (PAAS) controladas por enormes multinacionales que permiten desarrollar en Cloud Computing, sin demasiada inversión previa, pero que crean un alto grado de dependencia.

¿beCloud como alternativa?

beServices ofrece a los desarrolladores una infraestructura de última generación dimensionada a cada proyecto, tanto en recursos como en costes, y pone a su disposición el personal técnico necesario para cubrir con garantías todas las necesidades de SUS CLIENTES, a los que seguirá tratando en directo, sin intermediación alguna. A demás, todos los servicios beCloud llevan integrados la asistencia técnica (mantenimiento) y el servicio de beData Backup integral, sin costes adicionales. Con beServices, el desarrollador adquiere una infraestructura de CPD de última generación, personal cualificado, soporte preventa y postventa y pago por uso real: sin inversión alguna hasta que sirve la solución a SUS clientes. A efectos prácticos, se trata de SU PROPIA estructura cloud.

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